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CIUDADANÍA: LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y CONSTRUCCIÓN DE COMUNIDAD EN EL MUNICIPIO DE TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO

El cómo y el para qué de la participación ciudadana en el ámbito municipal

Impulsar una nueva forma de hacer gobierno en un permanente diálogo con la ciudadanía, desde el ámbito municipal, es una tarea fascinante y retadora. Sobre todo, porque se trata de impulsar procesos de construcción ciudadana como una forma de incidir en la vida pública a partir de su empoderamiento, con el afán de construir auténticos contrapesos que fortalezcan la vida democrática.

Fascinante, porque se asume que desde el Gobierno Municipal es donde se pueden impulsar verdaderos procesos de reconstitución de la cohesión social por ser el nivel de gobierno más cercano a la población y, por tanto, es más factible impulsar la gobernanza2 y la construcción de la vida pública en conjunto con la comunidad, en la generación de bienes públicos y bienes comunes.

Retadora, porque es evidente el deterioro existente en la interacción constructiva gobierno-sociedad en que se asume que, como bien afirma el Lic. Clemente Castañeda (Tlajomulco: de la Representación a la Participación Ciudadana):

2 Luis F. Aguilar Villanueva la define de la siguiente manera: “Entiendo por gobernación/gobernanza el proceso de gobierno o de dirección de la sociedad mediante el cual una sociedad se dirige, gobierna y gestiona a sí misma. En esencia y en la práctica, es el proceso por el cual el gobierno, las empresas privadas, las organizaciones de la sociedad (civiles, religiosas, sociales) y los ciudadanos interactúan con el propósito de definir, acordar y decidir sus objetivos de interés general y de valor común, así como las formas de organización, los recursos y las actividades que se consideran necesarias y conducentes para lograr los objetivos deseados y decididos. En síntesis, gobernanza es el proceso mediante el cual los actores de una sociedad deciden sus objetivos de convivencia —fundamentales y coyunturales— y las formas de coordinarse para realizarlos: su sentido de dirección y su capacidad de dirección. El concepto implica dos dimensiones fundamentales de la vida humana en sociedad: la intencionalidad social y la capacidad social de transformar los propósitos en realidades. La primera dimensión se refiere a la definición de los objetivos preferidos de la sociedad a fin de mantenerse razonablemente cohesionada e incrementar sus niveles de calidad de vida, mientras la segunda concierne a la definición del arreglo y el proceso productivo que se considera causalmente idóneo y eficaz para realizar los objetivos proyectados, hacerlos reales” (Aguilar, 2006, pp. 90 y 91)

  • La función sustantiva de la participación ciudadana es reconstruir los vínculos de comunicación entre los ciudadanos y los gobiernos para consolidar una relación de cooperación y corresponsabilidad, donde exista un ejercicio mutuo del poder. En este sentido, la participación ciudadana debe asumirse como una permanente vía para la formación, el aprendizaje y la retroalimentación, tanto de los ciudadanos como de los gobiernos. El uso de los instrumentos de participación contribuye a formar ciudadanos críticos y activos, dispuestos a ejercer y defender sus derechos; pero, al mismo tiempo, contribuye a tener mejores gobiernos, capaces de escuchar y de corregir; pero, sobre todo, dispuestos a poner en el centro de la toma de decisiones a los ciudadanos (Gobierno de Tlajomulco, 2017).

Además de enfrentar la exigencia de respuestas efectivas y pertinentes en un contexto complicado y condicionado por ser el municipio que, del 2002 al 2010, tuvo el mayor índice de crecimiento poblacional y de oferta de vivienda a nivel nacional, lo que provocó condiciones poco favorables para un desarrollo territorial planeado e incluyente, dadas las limitaciones presupuestales, que no crecieron a la par del desarrollo habitacional, dejando en el municipio la responsabilidad de dotar de los servicios públicos básicos con efectividad para todos sus habitantes.

Así, la afirmación del presidente municipal de Tlajomulco de Zúñiga, en el periodo 2010-2013, ingeniero Enrique Alfaro, refiere lo siguiente:

  • Al terminar la elección volvimos con la gente, decidimos perderle el miedo a hablar con la gente, escuchar a los ciudadanos, explicarles lo que queríamos hacer y hacerlos parte de nuestras decisiones. La agenda de Tlajomulco debía pensarse para una década y no solo para un periodo de tres años. Y entonces era fundamental que la gente se apropiara, primero, del diagnóstico, y segundo, del remedio, de la receta que le estábamos dando al municipio para resolver sus problemas estructurales; entonces la decisión fue tomada a partir de la lógica de que el tamaño del cambio que queríamos hacer no podía llevarse a cabo sin la participación de la gente, no podía hacerlo solo el Gobierno (Gobierno de Tlajomulco, 2017).

Esta orientación no solo se ha mantenido, sino que se continua impulsando como el gran reto y la tarea fundamental, construir ciudadanía, impulsar el desarrollo comunitario con bases sólidas en la gestión de los bienes comunes, lo que implica un proceso permanente de formación, impulso y acompañamiento de la organización ciudadana y comunitaria de carácter autogestivo, en un ambiente de confianza, reciprocidad y reputación, con base en procesos fundados en la corresponsabilidad, la cooperación y la complementación entre gobierno y sociedad organizada.

Así, en una entrevista realizada en octubre de 2020, Enrique Alfaro (actual gobernador de Jalisco y quien fue el primer presidente municipal que buscó el cambio) señala el punto de partida para la trasformación del territorio de Tlajomulco, donde destaca el ánimo social favorable, como factor que permitió el impulso de la participación ciudadana:

  • Lo primero es el escenario social, que era el de un municipio en el abandono, un municipio que había perdido su identidad, un municipio en el que lo que imperaba era la desesperanza de la gente, un municipio aislado de la ciudad aunque era parte de la misma, un municipio con finanzas colapsadas, con nula capacidad de gestión, un municipio sin infraestructura, un municipio en el que lo que había era un divorcio entre el gobierno y la ciudadanía. Por un lado encontramos esa parte; por otro lado, lo que también marcó el punto de partida del proyecto de gobierno, fue que Tlajomulco venía de vivir administraciones profundamente mediocres y profundamente corruptas.

  • Entonces, cuando tú combinas un municipio con tantas necesidades, con tantas marginaciones, con tanta pobreza, con tantas cosas negativas, con gobiernos que no están a la altura del reto, pues lo que generas es justamente lo que vivió Tlajomulco por lo menos los últimos 15 años de su historia antes de que nosotros llegáramos al gobierno en el 2010.

  • Pero también encontramos un ánimo social muy propicio para invitar a la gente a hacerse parte de la transformación, no nos costó trabajo, yo diría que en un año de esfuerzo, en un año de reorganización del gobierno, la gente se enganchó con esta nueva visión, la hizo suya, y la gente se volvió parte de la consolidación de la apuesta de gobierno que empujamos (2020).

Por otra parte, Margarita Sierra, actual secretaria de Planeación y Participación Ciudadana, en una entrevista realizada en el mes de octubre de este año, afirmó que la adaptación del modelo de gobierno que se impulsó desde el 2010 y que estaba basado, entre otros factores, en la participación ciudadana, fue el resultado de la voluntad política y el deseo del presidente municipal en el periodo 2010-2013 de diferenciarse, y lo describe de la siguiente manera:

  • [...] esa búsqueda de diferenciarse, entonces creo que él [Enrique Alfaro] sí estaba buscando una participación de los ciudadanos, no sabía cómo hacerle, nos acercamos varias instituciones, organizaciones de la sociedad civil, trabajamos con el Gobierno Municipal, con las personas que estaban en ese momento en el gobierno, y hubo una apertura enorme del alcalde en aquel momento, y una apertura nuestra, porque ni nosotros ni él habíamos puesto en práctica, ya en concreto en un gobierno local, las herramientas ciudadanas, las habíamos boconeado bastante, habíamos diseñado una ley estatal, y nos pidió un Reglamento para Tlajomulco, él, con esa voluntad y esa apertura, decide vivir las herramientas ciudadanas y tenemos dos en particular, que fueron, en ese momento, el presupuesto participativo y la ratificación de mandato, fueron dos momentos de ejercer, en la práctica concreta, la participación ciudadana (2020).

Por otra parte, en entrevista reciente, el presidente del Consejo Municipal de Participación Ciudadana, el ingeniero Juan Marcos Sánchez Nava, retrata con claridad la percepción que se tenía del gobierno y nos da una idea del divorcio entre el gobierno y la ciudadanía, y su trasformación, al señalar:

  • Veo un Tlajomulco con muchos cambios que se han gestado en los últimos nueve o diez años. Cuando yo llegué a Tlajomulco se sentía un gobierno muy ajeno a la problemática del municipio y alejado del sentir de la ciudadanía. ¡Qué esperanzas que pudieras tener un contacto directo con el presidente municipal! Ni siquiera era factible tener contacto con los funcionarios. Creo que el cambio ha sido para bien, hemos vivido un auténtico acercamiento del gobierno con la ciudadanía y de los ciudadanos con el gobierno. Ahora el gobierno es mucho más abierto.

  • [...] Si con anterioridad se puede decir que el gobierno supuestamente trabajaba para la ciudadanía, hoy podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que es un gobierno que trabaja con la ciudadanía que creo, ahorita, con los esquemas que hay, con los mecanismos de participación ciudadana que le dan vida a nuestra participación, son parte del proceso permanente de construcción de la gobernanza, porque es muy diferente gobernar imponiendo a un gobierno que escucha nuestras sugerencias que van encaminadas para mejorar el bienestar de los ciudadanos, es muy diferente hacerlo de manera unilateral a hacerlo de manera conjunta con los ciudadanos (2020).

Adicional a lo anterior, Omar Cervantes, actual secretario general del Ayuntamiento, y pieza clave para el impulso de la participación ciudadana, señala en una entrevista realizada en el mes de octubre de 2020, lo siguiente:

  • [...] Cuando el proyecto nace y tú empiezas a hablar de lo que estaba hablando la gente o lo que estaba hablando la ciudadanía organizada, esto inmediatamente hace un clic. Y el que haya apertura para tratar de ser un laboratorio o convertirse en realidad de facto en un laboratorio de la participación ciudadana, pues esto es una alianza totalmente estratégica. Cuando tú ves un gobernante que está captando lo que dicen los ciudadanos, esto nos pone del otro lado (2020).

Estos antecedentes dan pie para el abordaje de la participación ciudadana y la construcción de comunidad como un factor trasversal del ejercicio de gobierno, y es la manera de vivir la gobernanza, por lo que se abordará el tema con la siguiente estructura:

En un primer capítulo haremos un balance de los procesos de organización ciudadana a partir de la creación de consejos sociales, consejos zonales y un consejo municipal de participación ciudadana acompañados por personal que colabora con el Gobierno Municipal como facilitadores de cada una de los organismos enumerados.

En un segundo apartado abordaremos los esfuerzos que, durante los últimos años, de 2018 a la fecha, hemos impulsado desde el Gobierno Municipal con apoyos del Gobierno del Estado de Jalisco para, desde el enfoque de impulso a la cultura de paz y la seguridad humana, generar, rescatar e impulsar la apropiación comunitaria de los espacios públicos, contribuyendo a la formación de agentes de paz, la construcción de comunidad y su institucionalización, a fin de favorecer la gobernanza a través del uso adecuado y oportuno de los mecanismos de participación ciudadana, entendiéndolos de la siguiente manera:

  • [...] los medios o recursos a través de los cuales la participación ciudadana institucionalizada puede llevarse a cabo [...] unos están relacionados con la consulta pública a los ciudadanos y otros son específicos de la fase del diseño de las políticas sociales (Ramírez Sáiz, 2013).

En este sentido, el reto no es solo que se utilicen de manera adecuada los mecanismos institucionales de participación ciudadana, sino también de dotar a las organizaciones vecinales y comunitarias de personalidad jurídica propia, reconocidas por el propio municipio, para asegurar su permanencia en el tiempo y su incidencia en la generación de políticas públicas y de acciones pertinentes para el desarrollo local, se trata de un empoderamiento social basado en el desarrollo de capacidades acordes con las necesidades comunes, por lo que se requiere del impulso de la organización comunitaria que contribuya a la vida pública con base en la solidaridad, la inclusión social, el reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos humanos y la contribución al bienestar social.

Es también importante el impulso de alternativas innovadoras que faciliten la convivencia social, a la par que se atienda el cuidado del medio ambiente con equidad, justicia y solidaridad, basado en la organización y la cooperación comunitaria para la construcción de entorno pacífico, sustentable y sostenible que genere el bien vivir autogestionado.

Para cerrar, en el tercer apartado abordaremos los retos que enfrenta el desarrollo e impulso de la gobernanza, la autogestión de las organizaciones comunitarias, y la institucionalización de los procesos de participación activa y propositiva con carácter vinculante de la participación ciudadana en la construcción de un municipio incluyente, participativo, equitativo y solidario, con base en el impulso de la autogestión de un desarrollo local sostenible.

De la democracia representativa a la participación activa y propositiva de la ciudadanía: los procesos y mecanismos generados de 2010 a 2018

A partir de reconocer las facultades de los gobiernos municipales, que son sobre todo la dotación de servicios públicos básicos de calidad y el ser un garante de los derechos humanos, se consideró que eso no era suficiente, que habría que transitar a una co-construcción de la vida pública que permitiera una interacción activa y propositiva, basada en el diálogo y el mutuo entendimiento entre gobierno y sociedad. Desde esta perspectiva, Tlajomulco se distingue por ser el primer municipio de Jalisco en contar con un Reglamento de Participación Ciudadana y Gobernanza, que durante los diez últimos años ha sido mejorado, para dar paso a mecanismos de participación ciudadana acorde con los tiempos y la voluntad política de impulsar la gobernanza, por lo que se cuenta con mecanismos de democracia directa, de democracia interactiva, de rendición de cuentas y de corresponsabilidad ciudadana.

En este sentido, se generó una estructura institucional para la construcción de instancias y espacios de diálogo con la ciudadanía, a través de la integración de la Coordinación de Participación Ciudadana y Construcción de Comunidad que cuenta con una estructura de apoyo para impulsar la vida ciudadana y que tiene contacto, desde la base, con más de 30 coordinadores sociales, ocho coordinadores de zona, y una Coordinación General de Participación Ciudadana que a su vez se traduce en la existencia de cerca de 380 consejos sociales con la participación de casi 2,600 ciudadanos, ocho consejos zonales, un Consejo Municipal de Participación Ciudadana, y una Asamblea integrada por los consejos sociales y zonales.

En ese sentido, como señala Carlos Aguirre, actual presidente de Ciudadanos por Municipios Trasparentes (CIMTRA) en Jalisco, en entrevista realizada en octubre de 2020, Tlajomulco representó, en ese momento, un gobierno disruptivo en materia de participación ciudadana y lo traduce en acción; así, afirma lo siguiente:

  • [...] Yo lo evaluaría en dos momentos. Uno como un municipio disruptivo en la materia, eso es como la principal disrupción e innovación gubernamental en la materia, Tlajomulco debe de estar ahí, en esa agenda nacional. Recordemos el caso de Cuquío en los años noventa, un municipio que tenía estas figuras de participación ciudadana que se perdieron.

  • Tlajomulco recupera estas figuras y, guardando proporciones evidentemente, también hay una relación política; recordemos, por ejemplo, el auge de las figuras de Participación Ciudadana en Porto Alegre y crece Porto Alegre por todo este auge del PT, hay un crecimiento político e ideológico de estos mecanismos de participación ciudadana, no fueron mecanismos proempresariales, no fue por obtener un indicador desde su objetivo del desarrollo sostenible, sino una fue una agenda política, y eso es lo que Tlajomulco tenía de símil y lo tenía Cuquío, no era una agenda del PRD de ese entonces.

  • Ahora esta agenda fue de Movimiento Ciudadano, que eso entró como disrupción e innovación de participación ciudadana, acompañada de una agenda política real en estos temas. Esto es lo que le dio fuerza en estos mecanismos, y eso por lo que debemos de reconocer al municipio como un modelo disruptivo de participación ciudadana y gobernanza, no solamente en la práctica, sino también en la reglamentación y en mejorar prácticas de participación ciudadana, y lo seguirá habiendo (2020).

Así, como ya se comentó en la introducción, los primeros antecedentes de la participación ciudadana en Tlajomulco se concretaron en la aplicación de dos mecanismos: el presupuesto participativo y la ratificación de mandato.

En relación al presupuesto participativo en el libro Tlajomulco: de la representación a la participación ciudadana, en su primera edición del año 2017, se realiza el siguiente balance:

  • El presupuesto participativo, con sus limitaciones propias de un ensayo en su ejercicio, los resultados fueron satisfactorios ya que permitió a la ciudadanía el conocer y evaluar para decidir qué proyectos contribuían más para el impulso al desarrollo. En Tlajomulco de Zúñiga este ejercicio surgió a finales de 2010, cuando se anunció la ejecución de la consulta de presupuesto participativo para ejercerse en enero del año siguiente. El objetivo de esta figura de Participación Ciudadana es reconocer el derecho que tienen los ciudadanos a formar parte de las decisiones gubernamentales, además de construir una cultura de responsabilidad fiscal para generar compromisos compartidos en la definición y aplicación de los recursos públicos.

  • No basta con decir que los ciudadanos tienen decisión pública. Primero resulta necesario tener los mecanismos para que se materialicen las decisiones. El presupuesto participativo permitió una vinculación entre ciudadanía y gobierno en los temas públicos. Bajo la observación y coordinación del Congreso Ciudadano de Jalisco la consulta se realizó en los meses de enero y febrero, la cual consistió en someter a votación las prioridades del programa de obra pública de 2011.

  • El Gobierno Municipal propuso 28 proyectos de obra pública y la construcción de espacios públicos con impacto regional y alta incidencia en algunas localidades; de entre los 28 proyectos cada contribuyente podía elegir tres que considerara más convenientes o prioritarios, y el 15% de lo recaudado en concepto de impuesto predial se destinaría a la construcción de las tres obras más votadas. Para realizar este ejercicio también se contó con el apoyo del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC), el cual proporcionó urnas electrónicas para realizar la votación. En la primera consulta se registraron 21,179 votos. Los proyectos más votados fueron la ampliación y pavimentación del libramiento San Sebastián-Santa Anita; rehabilitación y embellecimiento del Camellón de la avenida López Mateos; construcción de la conexión Adolph Horn-Carretera a Chapala; y la rehabilitación de la red de agua potable de la cabecera municipal (Gobierno de Tlajomulco, 2017).
Relacion de participantes en el ejercicio del presupuesto participativo y la recaudación del predial

Estos datos dejan claro que se ha dado un incremento, entre 2011 y 2015, de un 84% de ciudadanos que participan, y que se triplicó la recaudación en el mismo periodo. Situación que ha prevalecido; por ejemplo, en el 2019 se emitieron 90,807 votos y se aprobaron 107 obras sociales.

En relación con la ratificación de mandato, se le entiende como un instrumento de participación ciudadana directa y un mecanismo de rendición de cuentas, mediante el cual los ciudadanos tienen el derecho de evaluar el desempeño de algún gobernante para revocar o ratificar su mandato a través del voto libre y secreto. Ambos conceptos poseen cualidades similares y pretenden ser un mecanismo para el mejoramiento y consolidación del proceso democrático.

Históricamente se recupera que la primera vez que se realizó y para asegurar un mayor control y bases establecidas, el 8 de septiembre de 2010 se instaló un Consejo Consultivo para la Consulta Ciudadana, integrado por representantes de asociaciones civiles de Tlajomulco, como empresarios, ganaderos, ejidatarios, profesores, comerciantes y vecinos, quienes asumieron la tarea de diseñar las reglas del juego para realizar la consulta, ahora, de ratificación de mandato.

El 13 de septiembre de 2010, el Pleno del Ayuntamiento de Tlajomulco aprobó por unanimidad el Manual para la Consulta Ciudadana. En ese documento se sientan las bases y se establecen en un reglamento los pasos a seguir para realizar el proceso.

El domingo 25 de septiembre de 2011, se realizó la primera consulta ciudadana de ratificación de mandato, gracias a la voluntad política del presidente municipal, Enrique Alfaro Ramírez, siendo este el primer ejercicio de esta naturaleza en el país.

Según los reportes del Gobierno de Tlajomulco, en la consulta participaron 17 mil 951 personas, lo que equivale al 8.7% del padrón electoral del municipio de Tlajomulco. Solo 539 votantes se decidieron por el ‘No’, es decir que Enrique Alfaro fue ratificado con el 95% de votos a favor.

El día 4 de mayo de 2014 se realizó el segundo ejercicio de ratificación de mandato en el municipio de Tlajomulco, este con el fin de decidir si Ismael del Toro continuaba como presidente municipal. Los resultados obtenidos en esta ratificación fueron favorables para Del Toro ya que participaron 20 mil 524 ciudadanos, de los cuales 18 mil 705 lo aprobaron, mil 523 personas votaron en contra, y se anularon 296 votos. El proceso de ratificación de mandato, basado en el artículo 39 constitucional, es obligatorio, reuniendo al menos 1% de los ciudadanos, que en este caso equivale a dos mil 357 votos.

A diferencia de la primera ratificación, hubo un incremento en la participación ciudadana de un 14%; sin embargo, se esperaba una mayor participación, ya que solo el 10% del padrón electoral participó en la consulta. A pesar de los buenos resultados, se obtuvo que del total de ciudadanos que participaron, el 92% estuvo a favor, esto demuestra que fue un porcentaje menor que en la primera ratificación de Enrique Alfaro.

Este ejercicio de ratificación de mandato fue respaldado por el Reglamento de Participación Ciudadana, el cuál fue aprobado el 14 de febrero del mismo año y entró en vigor a partir de marzo de 2014. Dentro de este reglamento, los habitantes del municipio de Tlajomulco, cuentan con las herramientas y mecanismos para hacer valer su voluntad y así poder participar de manera directa en decisiones que influyen en el desarrollo de su comunidad.

Además, se cuenta con un Consejo Municipal de Participación Ciudadana, el cual nace con el reglamento anteriormente mencionado y está integrado por siete personas, de las cuales seis son consejeros ciudadanos y un secretario técnico. Para este proceso se instalaron más de 90 casillas en 57 centros de votación en Tlajomulco de Zúñiga y se imprimieron 60 mil boletas, lo que equivale al 20% del padrón electoral.

El tercer ejercicio se realizó en el año de 2017, durante el mandato de Alberto Uribe y ya no solo se aplicó en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, sino en los 25 municipios que obtuvo el partido Movimiento Ciudadano en las elecciones de 2015.

Analisis cuantitativo de los tres procesos de ratificación en Tlajomulco

El número de ciudadanos que participan en el proceso se ha ido incrementando gradualmente: entre el primer ejercicio y el tercero hay una diferencia porcentual del 22.7%. El porcentaje de los que opinan que el mandato debe continuar ha bajado, pero mínimamente, de la primera a la tercera solo el 4%, esto puede significar que los ciudadanos son más críticos al desempeño del presidente municipal, pero también se puede traducir en que los partidos de oposición estuvieron movilizando a sus bases para cuestionar el desempeño del presidente; como dato curioso se llegó a observar a una persona, que se quiere postular como candidato independiente, movilizando a personas para que contestaran que no debía continuar el presidente actual.

Otro referente a considerar es que el proceso de ratificación de mandato se aplicó en otros tres municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, por lo que se analizó, de manera comparativa, el proceso en los cuatro municipios. Los resultados demuestran que el municipio donde más instalado está el proceso es en Tlajomulco (ver tabla 2), con el matiz de que es la tercera ocasión en que se aplica la ratificación de mandato. Esto será más evidente al comparar las encuestas aplicadas antes y después del proceso de ratificación.

Analisis comparativo de los cuatro municipios de la zona metropolitana de Guadalajara

Es notable que el porcentaje de la participación ciudadana en Tlajomulco, en relación con las personas que ejercieron su derecho al voto en el proceso electoral de 2015, supera a los otros tres municipios con casi el doble de participación relativa, (por ejemplo, 11% en Guadalajara versus 20% en Tlajomulco), igual sucede con los votantes por el partido (por ejemplo, 19.5% en Guadalajara versus el 38% en Tlajomulco), lo que permite afirmar que el proceso de ratificación de mandato está más instalado en Tlajomulco de Zúñiga.

Este recuento sirve para reconocer que la participación ciudadana, a través de los mecanismos establecidos, ha operado de manera consistente y que ya son formas establecidas y reconocidas por la población, aun cuando en el 2019 se optó por dejar de realizar la ratificación de mandato, dado que, desde hace seis años ya está permitida la reelección y este proceso puede ser la mejor medida para la ratificación.

Por otra parte, se inició un proceso de recuperación de los espacios públicos, a través del programa “Espacios Consientes” que incidió en la dignificación de los parques y de otros terrenos propiedad del municipio en los cuales se promovieron actividades culturales, recreativas y de expresión artística.

De la participación ciudadana institucional a la construcción corresponsable de la paz: el impulso de la recuperación y apropiación social de los espacios públicos como proceso de empoderamiento ciudadano (2018 a la fecha)

El diseño de una política pública para la recuperación y dignificación de los espacios públicos partió de la siguiente propuesta:

Intervenir los espacios públicos que tienen impactos superiores a los 10 mil habitantes, a través de un esquema de participación ciudadana y desarrollar un programa de cultura de paz y seguridad humana. Esto se impulsa a partir de que se identificaron 350 espacios públicos que son susceptibles de una intervención conjunta entre ciudadanía y gobierno, y en cada uno de estos territorios existe una organización vecinal a través de los consejos sociales.

La pertinencia de este esfuerzo parte de las siguientes consideraciones:

  • Existe una alta cantidad de espacios públicos, cerca de 3 mil.
  • Dichos espacios se encuentran en estado de abandono, lo cual propicia que sean utilizados como lugares en los cuales se pueden cometer faltas administrativas y delitos.
  • El espacio público es de responsabilidad y administración municipal, reglamentado en la ley de gobierno sobre los espacios públicos.
  • Por otro lado, el Plan Municipal de Desarrollo y Gobernanza tiene un eje transversal de Derechos Humanos y Cultura de Paz.

Los criterios aplicables para el impulso de los “Espacios de paz” y sobre todo de la intervención en los espacios públicos son que:

Para impulsar procesos de organización comunitaria desde la lógica de ampliar la seguridad humana y el desarrollo local, se pretende impulsar la construcción de “Espacios de paz” con base en la formación de la organización comunitaria autónoma 3.

Por lo menos, se aspira a que las organizaciones comunitarias logren autonomía en tres ámbitos:

  • La autonomía técnica: Basada en el desarrollo de capacidades, el intercambio y el diálogo de saberes.
  • La autonomía política: Somos parte de la comunidad y se hace política de la buena basada en la deliberación argumentada para la generación de consensos y sin filiación, como organización, a los partidos políticos; se respetan las opciones partidistas, pero la organización se maneja con independencia de los partidos políticos.
  • La autonomía financiera: Debemos valernos de nuestros propios recursos, sin que esto implique gestionar apoyos de otros actores que fortalezcan nuestras finanzas, pero sin comprometer nuestra autonomía en la toma de decisiones y sí con la total disposición a ser trasparentes y rendir cuentas a quienes nos apoyan.

Así como afirma Margarita Sierra, secretaria de Planeación y Participación Ciudadana del Gobierno del Estado de Jalisco, se vive una transición marcada por:

  • Un modelo de desarrollo de la participación ciudadana y la gobernanza, y no solo tiene que ver con que comenzaron primero, ha existido la voluntad política de desarrollar la gobernanza y, al mismo tiempo, un trabajo concreto, al cual se le ha dado seguimiento, las acciones implementadas no solo están plasmadas en el Reglamento, que está muy bien hecho y es muy claro, sino también está en el trabajo cotidiano, la labor por desarrollar más consejos en las comunidades y municipales, en las localidades, para generar procesos de participación ciudadana.

  • Además, creo, ya han logrado trascender la etapa inicial: el uso de herramientas de participación ciudadana, la gobernanza, la cultura y la educación para la paz, que han sido y son nuestros motivos de trabajo, están vigentes, y ahorita están en un proceso de transición hacia otros temas y problemáticas, que promueven la participación ciudadana y la construcción de comunidad. El ejemplo más tangible es el de los huertos urbanos comunitarios (2020).

3 De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la autonomía es la “Capacidad de los sujetos de derecho para establecer reglas de conducta para sí mismos y en sus relaciones con los demás dentro de los límites que la ley señala”, en este contexto se da la capacidad de las organizaciones comunitarias de definir sus reglas del juego y decidir por sí mismas; por otra parte, en Participación y empoderamiento en el proyecto social emancipatorio se dice: “La creatividad viene ligada a la idea de conciencia crítica de los sujetos para la acción transformadora. Y, con ello, a la necesidad de su empoderamiento, de manera que permita su acción efectiva y sustentable, como un proceso de auto transformación real, en el que se gerencian los propios espacios de autonomía en la construcción de la sociedad” (D ́Angelo Hernández, 2004).

En este sentido, nos plateamos el reto de crear una alianza con los ciudadanos para lograr la apropiación de los espacios públicos y transformarlos en “Espacios de paz”, asumiéndolo como una política pública integral y transversal del Gobierno de Tlajomulco para el tratamiento del espacio público y la colaboración social. Por lo que se propone la sinergia y la transversalidad entre las diferentes áreas de gobierno para optimizar las acciones de intervención de los espacios públicos del municipio y así transformarlos en de paz.

En un ambiente que se caracteriza por la armonía e inclusión social, de manera sintética caracterizamos de la siguiente forma los “Espacios de Paz”:

  • La sana convivencia.
  • La organización social y autogestiva.
  • La construcción de identidad y memoria colectiva.

Mientras, las características físicas que se pretenden son:

  • Accesibles universalmente.
  • Visibles e iluminados.
  • Con infraestructura necesaria para el disfrute de los habitantes.
  • De libre tránsito para los usuarios.

Y se identifican los siguientes factores para evaluar su avance:

  • Disminución de la percepción de miedo en su uso.
  • Aumento en el disfrute de los “Espacios de paz”.
  • Cambio de hábitos en el uso del espacio público.

Se trata de que entre todos juntos colaboremos por la paz, vivamos tranquilos y se disfrute la vida en la ciudad, con base en la organización comunitaria autónoma, autogestiva y sostenible del tiempo.

Esta iniciativa se enfrentó a la situación de la pandemia, por lo que se hicieron los ajustes pertinentes y se impulsó su continuidad, agregando asuntos referentes a la economía social y solidaria para llegar a la siguiente propuesta:

El proceso de formación para la paz busca impulsar la cultura de paz y la gobernanza, y sobre todo la experimentación e impulso de procesos de organización comunitaria solidaria, a través de laboratorios cívicos, en donde la visión es formar comunidad para hacer frente, a través de mecanismos claros de cooperación, a la “nueva normalidad” o “nueva realidad” que exige nuevas maneras de generar procesos de intercambio de bienes, servicios y conocimientos, basados en el fomento de la inteligencia colectiva, por lo que se basa, a saber, en tres principios fundamentales de lo procomún: la confianza, la reciprocidad y la reputación, entendiendo que:

  • En el corazón de una explicación teórica que está evolucionando sobre acciones colectivas exitosas y fracasadas están los vínculos entre la confianza que un participante tiene en los otros participantes que están involucrados en una situación de acción colectiva, lo que invierte en generar reputaciones fiables y la probabilidad que todos los participantes utilicen normas de reciprocidad [...] En consecuencia, reputaciones de personas fiables, niveles de confianza y reciprocidad se refuerzan positivamente. Esto también significa que un decremento en cualquiera de estos aspectos puede generar una caída en cascada que desemboque en poca o ninguna cooperación (Ostrom, 2007).

En este sentido, también es válido reconocer lo que se busca cumplir con los principios que, al respecto de la gestión de los bienes comunes, señala la propia Eleonor Ostrom:

  1. Definir límites claros de grupo.
  2. Hacer coincidir las reglas que rigen el uso de bienes comunes con las necesidades y condiciones locales.
  3. Asegurarse de que los afectados por las reglas puedan participar en la modificación de las mismas.
  4. Cerciorarse de que las autoridades externas respeten los derechos de reglamentación de los miembros de la comunidad. 5. Desarrollar un sistema para que los integrantes de la comunidad monitoricen el comportamiento de otros miembros.
  5. Usar sanciones graduales para quienes violen las reglas.
  6. Desarrollar la responsabilidad de gobernar el recurso común en niveles anidados, desde el más bajo hasta el sistema interconectado completo.
  7. Fomentar la colaboración, distribución de enseñanza y el aprendizaje, basados en la combinación de diversas habilidades y experiencias.
  8. Impulsar el aprendizaje experimental y el enfoque interdisciplinario para la resolución de problemas por medio de acciones accesibles y de bajo costo (2007).

En este sentido, vale la pena citar a Margarita Sierra quien en la entrevista antes referida afirma:

  • [...] No nos podemos quedar en la pura vivencia de la gobernanza o en la experiencia de haber usado alguna herramienta de participación ciudadana, tenemos que ir más allá, tenemos que volver a los consejos sociales, como instancias autogestivas, a los ciudadanos, es darles valor a su participación, entonces creo que esto de los huertos comunitarios está también dando valor social agregado y está generando prosperidad, por muy pequeña que sea, pero si ya me nacieron lechugas, calabazas, o cualquier verdura o fruta, que no tenía, pues eso me hace más próspero, porque puedo llevar a mi casa esos vegetales, que no existían, o ya las intercambie por frijoles, o lo que sea. Me parece un proyecto con una visión a largo plazo, que combinado con un nuevo modelo de tequio, que no queda ahí, le pusieron algo que hace un círculo virtual. A ver, yo gobierno te incito a trabajar voluntariamente en un espacio público comunitario, tú me dices “yo voy a trabajar y a cambio recibo un vale y con eso voy a la tienda del barrio para comprar lo que necesito y el municipio le va a pagar a la tienda”, entonces para mí es ya una movilización rebasando al tequio que queda en la aportación del trabajo voluntario, en el caso el ciudadano aporta horas de trabajo voluntario y ahí queda, en su caso no es así, se logró construir un circulo virtuoso al darle un valor al trabajo aportado, la promoción del mercado local y, por otro lado, la persona que aportó su trabajo comunitario recibe una remuneración... Eso es una manera de reinventarnos en las circunstancias en que nos encontramos, frente a la pandemia para imaginar nuevas maneras de ser productivos y a lograr la coproducción en un proceso de auténtica gobernanza (2020).

Enrique Ibarra, secretario general del Gobierno de Jalisco, al solicitarle un balance sobre los últimos diez años del proceso de construcción de gobernanza, señala:

  • [...] la participación ciudadana se vislumbraba como un anhelo de cómo interactúa el gobierno. En Tlajomulco existen todas las condiciones para que el ciudadano interactúe con su gobierno en todo momento. Lo que tenemos que hacer es profesionalizar también desde el punto de vista ciudadano. Pero desde el punto de vista gubernamental, para poder hacer una real gobernanza, todo lo que construyamos se debe llevar a cabo con el punto de vista técnico, pero también tomando en cuenta el punto de vista ciudadano.

  • Siempre que lo hacemos en conjunto (gobierno y ciudadanía) nos sale bien. Siempre que lo tratamos hacer de manera aislada, la regamos de un lado y del otro. Entonces yo invito a que lo hagamos juntos y coordinados. Por lo mismo, los consejos sociales tienen que ir creciendo, profesionalizando. Me parece que es un derecho adquirido que tienen los ciudadanos de todo el mundo. Todo el mundo habla de la existencia de los consejos sociales. Me parece que tendremos que dar una gran respuesta en capacitación ciudadana para poder incentivar y profesionalizar todo esto. Que no sea una disputa por de poder, sino un asunto de honorabilidad, que los ciudadanos se sientan honorables y felices de representar al resto de los ciudadanos de su barrio para poder hacer mejores cosas y tener una mejor calidad de vida (2020).

Por otra parte, se reconoce que educar para una cultura de paz significa educar para la crítica, la responsabilidad, la comprensión, el manejo positivo de los conflictos, así como potenciar los valores del diálogo y el intercambio, y revalorizar la práctica del cuidado, de la ternura; todo ello como una educación prosocial que ayude a superar las dinámicas destructivas y a enfrentarse a las injusticias. Por lo que asumimos que...

  • [...] La educación para la paz consiste en analizar este mundo en que vivimos, pasarlo por la crítica reflexiva emanada de los valores propios de una cosmovisión pacifista y lanzar a los individuos a un compromiso transformador, liberador de las personas en tanto que, movidas por ese análisis crítico, quedan atrapadas por la fuerza de la verdad y obligados en conciencia a cooperar en la lucha por la emancipación de todos los seres humanos y de sí mismas en primer lugar (Rodríguez, 1994).

Apuntes metodológicos

El proceso de la escuela de formación para la paz se integra de tres ejes estratégicos:

  1. La formación de agentes de paz desde tres perspectivas: la paz positiva, los derechos humanos y la economía social y solidaria.
  2. La integración y consolidación de laboratorios cívicos que permitan experimentar y vivenciar la vida en comunidad para resolver problemas comunes a través de prácticas innovadoras.
  3. La construcción de la gobernanza y lo que esta implica en la institucionalización de los procesos de organización comunitaria.

La integración lógica de los tres ejes parte de que se deben tener las capacidades sociales mínimas para enfrentar las necesidades que permitan asegurar condiciones para el impulso de la seguridad humana, la promoción y garantía de los derechos humanos, la generación de nuevas formas de producir y consumir bienes y servicios, generar nuevas competencias desde la perspectiva de la economía social y solidaria, y los derechos humanos y la inclusión social.

En este sentido, el siguiente esquema nos da luz sobre la integración de los procesos de formación para la paz:

esquema sobre la integración de los procesos de formación para la paz

El telón de fondo de la propuesta tiene los siguientes componentes:

  1. Asegurar la apropiación social de los espacios públicos desde la perspectiva de la paz positiva y la paz imperfecta4.
  2. Recuperar y fortalecer la confianza de la ciudadanía hacia el gobierno.
  3. Impulsar procesos autogestivos de construcción de comunidad.
  4. Incorporar los mecanismos de participación ciudadana para la gobernanza a fin de fortalecer la institucionalización de las organizaciones comunitarias.

Todo ello con el propósito de ganar terreno en la construcción de una auténtica gobernanza democrática.

Sin estas condiciones es difícil visualizar la integración de organizaciones comunitarias con capacidad de perdurar.

Objetivo general

Impulsar y consolidar los procesos, apropiación y uso de los espacios públicos, desde la perspectiva de la gobernanza, como “Espacios de paz”, a través de dar respuestas organizacionales efectivas que permitan hacer frente a la “nueva normalidad”, contemplándola como una oportunidad de desarrollo local sostenible, con una visión integral del territorio, en el cual lo procomún se constituye como un nuevo ecosistema que implica un cambio radical en la forma de enfocar el desarrollo, ya que este se construye a través de laboratorios de innovación cívica y del uso efectivo de los mecanismos establecidos para la participación ciudadana.

4 La paz positiva, consiste en “la presencia de actitudes, instituciones y estructuras que construyen y sostienen sociedades pacíficas”, de acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
Paz imperfecta es la concepción desarrollada por Francisco A. Muñoz, que pretende reconocer la paz como una realidad dinámica, procesual e inacabada.
Es una categoría de análisis que reconoce todas las experiencias y espacios en los que los conflictos se transforman pacíficamente, es decir, en los que las personas o grupos humanos optan por facilitar la satisfacción de las necesidades de los otros o desarrollar sus capacidades. Por tanto, formarán la paz imperfecta todas aquellas situaciones en las que se consigue el máximo de paz posible de acuerdo con las condiciones sociales y personales de partida. Se llama imperfecta porque, a pesar de gestionar pacíficamente las controversias, convive con los conflictos y algunas formas de violencia.

Objetivos específicos

  1. Desarrollar capacidades para la resolución positiva de los conflictos y la reducción de la violencia (hasta llegar a su erradicación) para la construcción de la cultura de la paz en los espacios públicos.
  2. Recuperar los espacios públicos para la integración social comunitaria.

Formación para la integración de un laboratorio cívico:

  1. Generar procesos de diálogo con los ciudadanos que impulsen prácticas sociales basadas en la confianza, la reciprocidad y la reputación, así como en la solidaridad y la empatía (lo que es mío también es tuyo y es de todos).
  2. Comprender las implicaciones de la integración de un laboratorio cívico que permite experimentar para construir y vivir nuevas prácticas cívicas basadas en lo procomún. 3. Impulsar la organización comunitaria en torno a proyectos viables de desarrollo.
  3. Desarrollar las capacidades de gestión de la organización comunitaria.
  4. Impulsar la recuperación sistemática de las buenas prácticas de organización comunitaria como mecanismo de facilitación del diálogo de saberes.
  5. Generar mecanismos efectivos de seguimiento y acompañamiento.

Formación para el impulso de los procesos de gobernanza:

  1. Conocer y apropiarse de los conceptos que fundamentan los procesos de construcción de la gobernanza.
  2. Caracterizar los mecanismos vigentes de participación ciudadana, el acceso y la aplicación de los mismos.

En este sentido, son importantes las reflexiones de Omar Cervantes, secretario general del Ayuntamiento, que en la entrevista antes citada señala lo siguiente:

  • ¿Qué sigue para la cultura de paz? Primero racionalizar la paz, se trata de hacer partícipe a todo mundo de que la paz empieza con uno mismo y que para poder generarla, tenemos que contar con ella, con esa paz interna. Esto lo vamos a lograr en la medida que nos la creamos, para después poder contagiarla.

  • El tema de la paz se asume de una manera institucional, pero me parece que esto no funciona por decreto ni por reglamentación. Tiene que funcionar con la voluntad política y sociológica en todo momento.

  • Yo creo que lo que sigue por la paz es racionalizarla, y es un asunto muy grande en la formación de todos, a medida que nosotros vayamos haciendo buenas acciones, esto va a seguir creciendo. Tiene que seguir un tema de capacitación, de no bajar la guardia, de incrementar todos los fondos que tengamos que incidan en la construcción de la paz, es un asunto de buena convivencia en todo momento, y es a través de la participación ciudadana que podemos promover más la educación y la cultura de la paz como un eje trasversal del desarrollo sostenible.

  • Yo creo que la paz es un eje transversal en su totalidad. Si tú hablas de un servicio público, pues es generar cultura de paz. Así, la seguridad pública es cultura de paz, las políticas de protección al medio ambiente son para generar cultura de paz. O sea, la paz se tiene que vivir en todas las cosas que hagamos como gobierno. Para poder avanzar, por ejemplo, si una persona de servicios públicos hace mal su trabajo y eso genera que tengamos malas calles, pues evidentemente que vamos a generar el conflicto y ahí se va a incidir en reducir la paz. Entonces, en todo momento tenemos que ver cómo es un hecho cotidiano que siempre tiene que estar presente en la vida de los funcionarios públicos, en los programas sociales. Yo creo que los programas sociales tienen que mutar a un asunto de gobernanza. Yo creo que este este país o este municipio ya no aguanta más meternos en políticas públicas de dádivas. No, porque no funciona en ningún sentido. Yo creo que tendremos que apostar más por la interacción.

  • De manera reciente, acabamos de poner un ejemplo con un programa que se llama “Moneda solidaria”, donde la gente sí recibe un apoyo del gobierno, pero este apoyo se lo va a gastar en las tiendas del barrio y derivado de su contribución con trabajo comunitario que además incide en una cultura de corresponsabilidad al contribuir en la mejora de su barrio. Entonces, lo que debemos de apostar los gobiernos es a que los problemas sociales sean un método de interacción para tener una mejor calidad de vida para todos. No nada más uno mismo. Porque los programas sociales, por mucha gente que cubran, son muy lejanos, ni el 1% de la población recibe programas sociales.

  • Yo creo que no tenemos que estar regalando el dinero, sino analizar cómo le hacemos para que sirva para todos. Debemos pensar en una plena gobernanza y pensar que cada vez que un gobierno tenga dinero para dar un apoyo extra aparte de los servicios públicos, su labor constitucional es que se gaste de la mejor manera posible, no que se tire a la basura, por eso la moneda social es un intercambio: trabajo comunitario igual a contribución al ciudadano que participó, y que a su vez lo usa para comprar en el mercado local para reactivar el circulante en la comunidad, se trata de construir un círculo virtuoso que a todos beneficie, no una dádiva que fortalece el clientelismo político (2020).

Nuestras aspiraciones y sueños: de la construcción de comunidad al empoderamiento social de los ciudadanos. El impulso de

En el Gobierno Municipal de Tlajomulco asumimos que el ser autoridad en el municipio es temporal y que la ciudadanía permanece; por tanto, toca impulsar procesos de organización ciudadana que perduren en el tiempo y mantengan un proceso vivo y activo en la construcción cotidiana de la gobernanza, y que así las comunidades organizadas sean un verdadero contrapeso a los gobiernos, sean del signo político que sean, por su capacidad de resolver por sí mismas a partir de un modelo de gobernanza que se expresa en el siguiente esquema:

Modelo de gobernanza

Las exigencias para un buen gobierno es que este logre ser eficiente, eficaz y que respete e impulse el Estado de Derecho, este último entendido de la siguiente manera:

  • Un Estado de Derecho efectivo reduce la corrupción, protege a las personas de injusticias, y combate la pobreza. El Estado de Derecho es el sustento de comunidades de igualdad, oportunidades, y paz, además que funge como la base del desarrollo, de gobiernos transparentes que rinden cuentas, y del respeto a los derechos fundamentales (World Justice Project, 2020).

Se rompe así con la visión tradicional del Estado de derecho, que ha sido visto como un ámbito exclusivo de abogados y jueces. Sin embargo, los problemas cotidianos de seguridad, derechos, justicia y gobernanza nos afectan a todos; de tal forma que el Estado de derecho es un tema que nos involucra a todos.

Esta definición nos lleva a plantearnos que para lograr la efectividad gubernamental se deben conjugar la eficiencia y la eficacia en un marco de respeto y promoción del Estado de Derecho.

Y desde la gobernanza, se trata de impulsar relaciones entre el gobierno y la sociedad donde prevalezcan tres principios mínimos de colaboración: la corresponsabilidad en la construcción de la vida pública, la cooperación gobierno-sociedad y la complementación de acciones entre los distintos actores clave en el desarrollo local (el gobierno, la ciudadanía organizada, las empresas y sus organismos, las instituciones educativas, entre otros).

Con este marco de referencia y como una forma de avanzar en la construcción de una autentica gobernanza democrática es que se propone que la acción social colectiva es una alternativa viable para la gestación de la organización comunitaria y un actor clave del desarrollo local sostenible, que puede convertirse en un factor para incidir en el combate a la pobreza, la inclusión social, la reducción de la injustica social, que propicia la igualdad en oportunidades, la construcción de la paz y la promoción y respeto a los derechos humanos.

Así, se identifican los siguientes pasos a seguir para impulsar la acción social colectiva, lo que implica el empoderamiento vía el desarrollo de capacidades para la autogestión, la autonomía, la administración adecuada del bien común con base en la solidaridad, el apoyo mutuo y el esfuerzo propio, con un manejo ético de los recursos.

De lo que se trata, en el impulso de la construcción de ciudadanía, es de crear las condiciones para que emerja la organización colectiva, entendida como los procesos de acción entre personas en comunidad que cooperan para conseguir un fin y que atienda a una problemática identificada por la colectividad, en este sentido, una de las labores centrales de los procesos de organización comunitaria es el impulso a la movilización, la organización para actuar en consecuencia en relación con la solución colectiva de los propios habitantes de un territorio específico y así construir organizaciones que cuenten con las siguientes competencias:

  • Capacidad para anticipar el futuro y actuar en consecuencia como un actor estratégico de la trasformación social.
  • Estructurar el funcionamiento institucional y los modelos de toma de decisión.
  • Desarrollar procesos de mejora continua y de innovación orientados a la generación de valor social.
  • Crecimiento, expansión y consolidación de servicios y procesos orientados a dar autonomía a las comunidades sujetas de su participación.
  • Mayor capacidad para identificar acciones para incrementar su efectividad e impacto social (alcance, resultados, impactos).
  • Permanencia.
  • Responsabilidad social.
  • Sustentabilidad ambiental.
  • Finanzas éticas
  • Esfuerzos articulados y construcción de redes de colaboración (capacidad de asociatividad).
  • Visibilidad de los asuntos socialmente relevantes en que participa para la búsqueda de soluciones estructurales de largo aliento.
  • Incidencia y relevancia en la vida pública.

Se trata de acompañar la consolidación de organizaciones comunitarias para que tengan una disposición a cambios significativos cuyas características esenciales sean:

  • Usar procesos y tecnologías que permitan una colaboración efectiva y contributiva al propósito específico de la organización.
  • Contar con personas y equipos multidisciplinarios que visualicen la complejidad de la realidad social a trasformar.
  • Tener una misión y una propuesta de valor social con un propósito transformativo amplio y masivo.
  • Contar con una autoridad distribuida y empoderada tanto a su interior como hacia las comunidades con quienes interactúan como sujetos de procesos autogestivos.
  • Tener la capacidad de autoregularse y de construir mecanismos de autoregulación en las comunidades en las que están insertas.

Estos atributos organizacionales hacen posible potenciar su consolidación y crecimiento.

Retos para el impulso de la participación ciudadana y la construcción de comunidad

Un primer acercamiento a los retos son los que platea Enrique Alfaro, actual gobernador de Jalisco, en la entrevista realizada en octubre de este año a la pregunta de ¿Cómo seguir teniendo la confianza de los ciudadanos?, su respuesta da luz para lo que sigue:

  • Esta pregunta es difícil de responder, porque yo siempre dije que hacer un buen gobierno era motivo suficiente para ganarte la confianza de la gente, hoy ya ni siquiera eso es suficiente: tú puedes hacer un buen gobierno, pero a veces la agenda de los ciudadanos camina en sentido distinto a la visión del sector público, hay un ánimo social de malestar, desconfianza, frustración, por muchas razones, muchas de ellas también ajenas al gobierno. Que hacen más compleja la relación entre gobierno y ciudadanos. Cómo lograr que la gente siga confiando en su gobierno, trascendiendo la idea de hacer bien las cosas, es una pregunta para la que nadie aún tiene respuesta, estamos viviendo nuevos escenarios en los que creo que la clave puede estar en que la gente profundice en la idea de la corresponsabilidad en la toma de decisiones como una manera de que no solamente se evalúe bien al gobierno, sino que te sientas parte del gobierno. En Tlajomulco sentamos las bases para eso, porque los procesos de ratificación de mandato, los presupuestos participativos, los instrumentos jurídicos que desarrollamos para que la gente se involucrara, hizo que los ciudadanos se acercaran al gobierno. Ahora el reto es no solamente mantener esa cercanía y una buena evaluación del gobierno, sino construir un sentido de corresponsabilidad en el que la gente entiende que hay muchas cosas que no dependen del gobierno, y que dependen de los ciudadanos; yo creo que en Tlajomulco sí logramos generar eso, como ejemplo, y obviamente espero poder hacerlo en el estado, yo lo que creo es que se le puede poner un ejemplo a todo el país. Que nos permita romper con esta idea simplona de decirle siempre a la gente lo que quiere oír para ir hacia un modelo en el cual le digas a la gente que todos tenemos que hacer nuestra parte para que el país salga adelante, y eso me parece que es el camino correcto y el camino que debemos de seguir (2020).

Por eso se considera que un primer gran reto es la institucionalización de la participación ciudadana, en procesos de gestión corresponsable del desarrollo local, si bien se tiene el reglamento municipal, se dispone de una Ley Estatal del Sistema de Participación Ciudadana y Popular para la Gobernanza del Estado de Jalisco que nos indica ser una ley:

  • [...] de orden público e interés social, y tiene por objeto:

  • Reconocer el derecho humano de las y los habitantes para participar de manera directa en las decisiones públicas;

  • Establecer como pilares de la participación ciudadana y popular la socialización, capacitación, organización y deliberación;

  • Integrar el enfoque de paz en la participación ciudadana, popular y la gobernanza;

  • Establecer las bases para la emisión de políticas públicas integrales para la promoción e implementación de mecanismos y procedimientos de participación ciudadana, popular y la gobernanza (2019).

Y que además señala en su artículo 4 lo siguiente:

  • En el Estado de Jalisco se reconoce el derecho humano a la participación ciudadana y popular como un principio fundamental en la organización política y social.

  • La gobernanza es un proceso de gobernar compartido, participativo, interdependiente, relacional, horizontal, por redes, en asociación público-privado o gubernamental- social, que involucra a los distintos órdenes de gobierno.

  • La cultura de paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen lo conflictos tratando de abordar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y los gobiernos (2019).

El reto es aplicar estos principios, reconocer los alcances de la participación ciudadana y ampliar las posibilidades de la ciudadanía organizada y otros actores clave para que contribuyan al desarrollo local, de forma corresponsable en la construcción y la ejecución de la agenda de la vida pública, y de una nueva narrativa del desarrollo local para actuar en consecuencia.

Ahora se transita de la voluntad política de hacer de la gobernanza un proceso de gestación de la vida social, cultural, ambiental económica y política con mecanismos claros de corresponsabilidad, que ha trascendido a una ley estatal y a un reglamento municipal, a ejercer, de manera institucional, la gobernanza y la cultura de paz.

Por otra parte, como bien señala Carlos Aguirre, presidente de CIMTRA en Jalisco, en una entrevista realizada en octubre de este año, se requiere ampliar y realizar ejercicios más ambiciosos, para mantener vivos los mecanismos de participación ciudadana:

  • Yo, desde mi visión, he analizado los ejercicios y en particular el presupuesto participativo y a diez años de distancia sí podemos mirar un modelo más agresivo de participación en cuanto al presupuesto participativo; y a eso quítale el crecimiento político del partido y del movimiento, pues esos son mecanismos que se podría ensanchar un poco más, ser más ambiciosos, ser más participativos, involucrar más la participación de la ciudadanía, y ahí hay algo que hacia la agenda de los diez años debemos de vislumbrar: presupuestos participativos más agresivos, más participativos, que crezcan con esta agenda. Si no, va a pasar lo que pasó en Porto Alegre, que se convirtieron en mecanismos que desaparecieron porque le restaron importancia y fuerza.

  • Hay otros mecanismos en Tlajomulco que me parece son dignos de rescatar, como esto de los consejos ciudadanos que son de vanguardia en el municipio, aunque luego no son mecanismos tan visibles o mediatizables. Pero los consejos ciudadanos son dinámicas puras de participación ciudadana muy disruptiva que deberíamos repetir y enlazar con un modelo más participativo.

  • Hoy tenemos un modelo de participación ciudadana al que debemos hacer muchas modificaciones, eso no lo vamos a negar, pero esta narrativa de participación ciudadana surgió en Tlajomulco, es una de las cosas que yo veo que nacieron en Tlajomulco, y que quizás hoy las menospreciamos o las damos por hechas, como todo este auge de hablar de transparencia, participación ciudadana, corrupción, sociedad civil (2020).

Las preguntas son: ¿cómo hacer realidad un gobierno compartido, con amplia y democrática participación ciudadana, en donde las acciones de los actores clave y de la construcción de la agenda pública para el desarrollo local sea interdependiente, y que lo que hace cada uno (gobierno, ciudadanía, empresas, instituciones de educación, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones sociales, entre otros) afecte positivamente al otro y se reconozcan las relaciones de colaboración, corresponsabilidad, cooperación, complementación, con redes activas de intercambio de saberes, de bienes, de capitales (social, comunitario, público, común) entre otros?

Esto debe traducirse en procesos concretos de empoderamiento ciudadano, en procesos de construcción de auténticos contrapesos que permitan incrementar la calidad de la vida democrática, como se expone en Hacedores cívicos:

  • La generación de procesos de construcción de capital social comunitario, entendido como: la capacidad de las personas de coordinarse y organizarse de manera comunitaria, para atender problemáticas que no se pueden resolver de manera individual y, por tanto, su construcción fortalece la capacidad de interlocución entre la comunidad y el gobierno para afrontar los problemas internos y externos.

  • Además, dota de capacidad de resiliencia a las comunidades e individuos y permite que los ejercicios realizados entre autoridades y vecinos puedan permanecer más allá de la administración en la que se realizaron (Dirección de Enlace Ciudadano y Autoridades, 2019).

Y que por tanto son procesos que implican asegurar que se cumplan con los siguientes principios, enunciados en el texto antes citado:

  • Dialógicos: Ya que fomentan el diálogo horizontal, los debates y consensos que busquen la pluralidad de actores y determinar estrategias para que se forme un espacio multidisciplinario de saberes y reconocimiento.

  • Críticos: Prácticas que tengan por objetivo problematizar y reconocer las realidades a las que están circunscritas las comunidades.

  • Innovadores: A partir de la información dialogada, se pueda generar conjuntos de saberes compartidos para desarrollar soluciones a las problemáticas establecidas.

  • Narrativos: Trasciendan por medio de las historias de la comunidad, en donde se puedan identificar aprendizajes, procesos, metas, aspiraciones y nuevos retos.

  • Autosustentables y autónomos: Proyectos que puedan mantenerse en el tiempo, más allá de administraciones o funcionarios, a partir del trabajo cooperativo de los miembros de comunidad (Dirección de Enlace Ciudadano y Autoridades, 2019).

Por otro lado, se parte del supuesto de que los regidores son los representantes ciudadanos en el máximo órgano de gobierno municipal que es el cabildo, se reconoce que una de sus funciones más importantes es ser parte de un equipo, junto con el presidente municipal, y que implica pensar siempre en beneficio de los ciudadanos que los votaron y les dieron el derecho a representarlos en un cabildo.

Sin embargo, la existencia de los regidores como representantes de la población, no es el único factor de incidencia ciudadana en la vida pública, ni tampoco se debe reducir a la formalización y regulación de espacios y formas de representación ciudadana como son los consejos, sino que se debe ir más allá, y esto implica abrir canales de diálogo entre el cabildo y la representación ciudadana integrada en las diversas instancias de representación, como es el Consejo Municipal de Participación Ciudadana, por lo que es importante establecer espacios de interacción entre ambos actores colectivos de representación ciudadana y de gobierno. Así, se rescata la propuesta de Margarita Sierra, que en la entrevista realizada en el mes de octubre del presente año:

  • Yo creo que ya existe la madurez suficiente en el gobierno y en la ciudadanía de Tlajomulco como para que los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana del municipio asita y participe en las sesiones de Cabildo, y eso sería uno de los grandes cambios que se pueden hacer en la administración, porque, de veras, hay que confiar en los ciudadanos, ya que pueden cometer errores al igual que los servidores públicos, pero también tienen aciertos y deben estar más involucrados en la toma de decisiones que se tienen en el Cabildo y, al estar presentes, están escuchando de primera mano los proyectos que genera el gobierno; además permite una formación política mucho más amplia, así podrán opinar con más sentido. Yo creo que el Cabildo puede ser un espacio importante para la capacitación ciudadana, en particular para los integrantes del Consejo Municipal, que crezcan como ciudadanos a través de la práctica. Al final de cuentas, gobernamos para los ciudadanos, entonces no hay necesidad de ocultar nada, los ciudadanos saben que no somos súper poderosos y que en ocasiones podemos estar equivocados, por lo que la participación de los consejeros en las sesiones de cabildo puede hacérnoslo saber; además exigir a los regidores ser más cuidadosos con sus propuestas, van a ser más pulcros en sus intervenciones, van a cuidar más el tiempo tan importante en ese tipo de reuniones. Se trata de asumir que los ciudadanos son el cuarto poder (ejecutivo, legislativo, judicial y ciudadano) por lo que deben estar observando, dialogando, y luego entre ellos también conversar sobre sus impresiones, sus opiniones, sus propuestas.

  • Cuando tenemos un gobierno que ejerce su autoridad de cara al pueblo, no hay por qué ocultar nada, hay que analizar la forma y el proceso que pueda conducir a una participación más activa, propositiva y en su momento vinculante, de parte de los ciudadanos en los órganos de gobierno (2020).

Adicional a lo anterior, Carlos Aguirre, presidente de CIMTRA, en la entrevista ya referida, proyecta los retos a cumplir en los próximos diez años para Tlajomulco señalando lo siguiente:

  • Me parece que deben de prevalecer y ampliarse mucho más la agenda de participación ciudadana, la agenda anticorrupción, la agenda antisoborno, la agenda de transparencia, a mí parece que son vitales. También la agenda de combate de desigualdad estructura de género, la agenda para que el municipio sea el principal promotor cultural de la agenda administrativa, a mí me parece que el municipio tiene una alta responsabilidad de promover la cultura y el deporte. Otras de las cosas que he conocido de Tlajomulco y que me ha gustado, es todo esto de LaBase, me parece que es una práctica a la que no se tiene que renunciar; también la agenda del combate de la desigualdad estructural social que tiene que ver con un mundo de la distribución, y que Tlajomulco lo ha hecho bien con todos estos programas para ayudar al combate de la desigualdad estructural económica. Yo dejaría todas esas agendas que son grandes, que Tlajomulco ha combatido, y que evidentemente en el ordenamiento territorial y urbano son unas agendas que deben continuar. El gobierno debe plantearse qué retos tiene en estas agendas (2020).

En este sentido, la agenda propia de la participación ciudadana y la construcción de comunidad, son un factor vital para la construcción de un desarrollo local sostenible, en un territorio articulado (rural-urbano-local-global, municipio-metrópoli), con redes de colaboración y diálogo de saberes entre las comunidades organizadas que son capaces de construir un modelo de contribución a la defensa y sostenimiento de una identidad con vida propia, que se reconoce y se proyecta con un alto grado de sentido de pertenecía e identidad, con capacidades sociales para la autogestión, dado que viven procesos de permanente aprendizaje colectivo con inteligencia social, contribuyendo a maneras de convivencia basadas en la cultura de la paz, reconociendo las imperfecciones, dado que se permite la construcción colectiva para dar cuenta de la problemática común, con visión de futuro, con un programa que permite actuar en consecuencia, en relación a la solución de las cuestiones que aquejan la dinámica sociourbana y que identifica las acciones necesarias para transitar hacía un futuro donde Tlajomulco es un municipio incluyente, solidario, colaborativo, con mecanismos de planeación, ejecución y evaluación de la agenda pública en esquemas de colaboración, corresponsabilidad, diálogos constructivos entre los actores que ya se han señalado, se trata de construir un territorio municipal modelo, en donde todos son considerados para el impulso del desarrollo sostenible, con buen gobierno, alto nivel de participación ciudadana, procesos de construcción de comunidad, en donde todos salimos adelante.