Tlajomulco es nuestro

Hablar de Tlajomulco es hablar de tradiciones, de gastronomía, de colores vibrantes y brillantes sonrisas. Tlajomulco es la tierra de los murales, de la cultura y de las artesanías, es una ciudad que combina de forma perfecta la modernidad y las viejas costumbres.

Nuestra tierra es una postal viviente, es un sinfín de hermosos paisajes y vistas de ensueño.

Vivimos en una ciudad que posee una gran riqueza natural, tenemos bosques, montañas, lagunas y no solo eso: también nuestra fauna es una de las más variadas.

Aun con todo el crecimiento industrial y económico, Tlajomulco todavía conserva muchas de sus costumbres y herencias culturales: un ejemplo de esto es la cofradía que, año con año, cambia el manejo de la parroquia, la cual es administrada por las personas que habitan en esta localidad y que dejan al clero de lado.

Como Gobierno, queremos preservar estas tradiciones y magnificarlas, así como lo hemos hecho estos años con el Festival Mictlán, una celebración en honor a los fallecidos y su recorrido hasta el reino de los muertos.

Tlajomulco tiene una gran cantidad de espacios para todos los gustos e intereses, desde murales y zonas de patinaje hasta museos, laboratorios y bibliotecas.

Sin importar la edad que tengas, nuestra ciudad tiene un espacio del que puedes apropiarte y disfrutar las veces que quieras. Si lo tuyo es el futbol, puedes visitar las unidades deportivas y, si prefieres la danza, tenemos la Escuela Municipal de Ballet que ha llevado a las alumnas a presentarse en diferentes ciudades.
Incluso en nuestros espacios las tradiciones están presentes con la Escuela Municipal de Charrería, donde hombres y mujeres demuestran su habilidad en este popular y representativo espectáculo.

La gente de nuestra ciudad es alegre, trabajadora y apasionada. Desde que el día inicia hasta que termina, los habitantes de Tlajomulco dan todo de sí mismos para superarse y hacer las cosas mejor que el día anterior.

Hay personas que han vivido aquí desde hace tantos años que sus antepasados se remontan a siglos anteriores, pero también hay quienes que llegaron hace poco, personas que no conocían Tlajomulco hasta que tuvieron que formar un hogar aquí.

Esta combinación es lo que hace a nuestra ciudad tan rica y diversa: la gente que la habita.

Ya sea en un fraccionamiento o en la cabecera municipal, estamos orgullosos de llamarnos a nosotros mismos “tlajomulquenses”.