Una fiesta para los reyes de Cajititlán

Desde la noche del 6 de enero, algunas casas de campaña ya ocupaban el atrio de la iglesia principal de Cajititlán, horas después la mañana era fría pero el fervor calentaba los corazones de los miles de creyentes que se dieron cita durante la fiesta a los Reyes Magos.
Los peregrinos llegaron caminando por la carretera, en autos particulares o en autobuses provenientes de distintos Estados y del interior de Jalisco. El poblado estaba listo para dar paso a una celebración con más de 400 años de historia, una festividad religiosa que atrae por su significado, color y tradición.
“Tenemos viniendo unos 15 años, somos de Mascota y nos gusta empezar bien el año visitando a los reyes”, comentó doña Guadalupe Hinojosa que se encontraba al lado de su casa de campaña, algunas bolsas de dormir y una olla con café caliente que humeaba y compartía con cualquiera que pasara y le pidiera un poco.
Marcos con la imagen de los Reyes, coronas sobre la cabeza de los fieles, niños ataviados para la ocasión con todo y su capa que además los ayudaba a mantenerse tibios, esperaron pacientemente el paso de los reyes para verlos desde las aceras o colocarse en una fila para recibir sus bendiciones hincados bajo su paso. Al frente del contingente, danzas, música de banda, mariachi y sonajeros llenaron con su sonido y color las calles.
Entre aplausos, lágrimas, la esperanza de un año mejor y después de un novenario que inició el 31 de diciembre, el 7 de enero las imágenes de Melchor, Gaspar y Baltazar transitaron por las calles de Cajititlán en una procesión, posteriormente dieron un paseo en lancha por la laguna antes de su regreso al templo que los alberga bajo una lluvia de papeles y globos multicolor en el atrio, para culminar con una misa celebrada por el cardenal José Francisco Robles.
Más de 4 horas de procesión y fiesta por el pueblo, hicieron que más de un estómago de los presentes encaminara sus pasos rumbo a los distintos puestos de comida, que principalmente ofrecieron las tradicionales gorditas de guisados, tales como chicharrón, rajas, mole o carne con chile, así como las deliciosas y típicas carnitas.
Con saldo blanco y renovada fe, terminaron así las celebraciones dedicadas a los Reyes en Cajititlán, que espera la visita de turistas no sólo en estas fechas, sino a lo largo de todo el año para deslumbrar a los paseantes con la belleza de sus iglesias coloniales, pintorescas calles y un espejo de agua digno de contemplar.