Si las gotas de lluvia fueran…

Por: Tonatiuh Alvarado Santos
El volcán de parangaricutirimícuaro se quiere desparangaricutiriguarizar, y él que lo desparangaricutiricuarizare será un buen desparangaricutirimizador. Ese fue el trabalenguas que Alexandra, una niña de 9 años pronunció con soltura y una excelente dicción que dejo con la boca abierta a todos los presentes. Nadie se atrevió a enfrentarla, y el concurso solo obtuvo una ganadora, ella.
Santa Cruz de la Loma, o coloquialmente conocido como Tepetates, con Marometa el Festival itinerante que festeja a las niñas y niños de nuestro municipio; en su plaza principal, una fecha más, hoy cumplimos la tercera parte del recorrido.
Esta tarde una sensación de pesimismo se asomo en el rostro de los muchos participantes, organizadores y talleristas, una y otra más las gotas de lluvia se desprendían del cielo, la incertidumbre total, mientras nosotros caminábamos preocupados, los niños, si los niños que les iba a preocupar esa semejante muestra de la naturaleza, ellos seguían con sus brincos, gritos, maromas, empujones, saltos, piruetas, en los brincolines que abarrotados cumplían el papel de divertir a los pequeños.
Mientras otros chapoteaban en las albercas sin importar la pequeña inclemencia del cielo, sin embargo el calor seguía siendo una constante en esa tarde de un pequeño pero muy breve chubasco, como diría mi abuelita en patineta, esta lluvia solo espanta a los de plaza abierta.
Mientras por otro lado nuestro amigo Néstor, amigo de todos los niños, porque he de decir que en el fondo tiene un niño igual que todos, y hoy en este pequeño pero gran evento lo demostró en la alegría con la que repartía las pelotas a cada uno de ellos.
Pero decía, nos contaba que unos días antes un señor de los muchos que te encuentras en el camino le dijo con voz serena y la firmeza que caracteriza a los hombres de gran madures y mucho tiempo en hombros que el 15 de mayo caería la primera gran lluvia de esta temporada, quizá ésta en una señal apocalíptica o un simple aviso de que la temporada de lluvias ya se acerca.
Y nos vimos a los ojos los que escuchábamos con gran atención como presintiendo que el señor tenia razón, mientras meditábamos en las palabras presagiantes, los niños ni preocupados se veían, en el rincón de la plaza se enfrascaban en un duelo futbolero, de esos duelos banqueteros, donde lo que importa es como anotar gol en pequeñas porterías, aprovechar que el balón rebota por todos lados, hasta en el sombrero de un señor que distraído paseaba por ahí.
El sol daba muestras de su poderío, y después de un breve momento se asomo con gran plenitud, y la plaza poco a poco empezó a tomar vida, los mas, haciendo pequeños títeres con una pequeña cuchara de plástico y tiras de papel de colores que asemejan lo brazos y piernas de este pequeño personaje, otros pintando las manitas de una carta que al doblarla pareciera que se movían solas y según las expertas “pop up” es el arte que realizan los niños con destreza y la paciencia de las talleristas.
Mientras tanto otros más, atentos a las cartas de la lotería ya que el premio es una gran pelota naranja, y ya saben en la mente del niño no es la suma de una pelota mas otra pelota, sino puede ser el resultado de muchas horas de juego.
Hasta el Secretario General del Ayuntamiento, rompe con su protocolo y entusiasmado empieza a jugar con un grupo compacto pero muy animado de niñas y niños que a la primera señal gritan tratando de superar a sus compañeros del otro equipo, como se nota en su rostro la alegría y la emoción de estar nuevamente en un evento de Marometa.
Y así es, eso es Marometa, trasforma lo formal, supera la cantidad de risas, muestra el lado infantil de quienes participan pero lo más importante es que los niños y las niñas tuvieron una vez mas la oportunidad de mostrarnos que no hay elemento humano o natural que los detenga.