La espera ha concluido, después de dos meses del a ya yay que alegre va, a ya yay si volverá con la pa pa pa, con la de de de con la pa con la de con la pandereta y las castañuelas, llegamos a este momento, cientos de niñas y niños con esa alegría dibujada en el rostro, alegría que mostraba su emoción e impregnaba el ambiente de ese espíritu navideño. Y no la navidad de regalos y envoltorios caros, sino de aquella que a través de simples voces; algunas gritonas, otras tímidas y otras más llenas de entusiasmo, vibraban en el gran salón de los sueños compartidos.
Al gran concierto de este coro, el Coro Monumental de Tlajomulco, apúrate que llegas tarde, (Aunque sea una hora antes de su cita), se escuchaba entre las voces de madres y padres preocupados porque su hija o hijo, casi corriendo los guiaba para reunirse con sus compañeritos de escuela, ahí entre la ansiedad mamá le daba los últimos retoques a su atuendo.
Los más ansiosos, los más pequeños, niñas y niños de tercer grado; mientras sus compañeros de cuarto, despreocupados, con un pequeño balón, aprovechaban para echarse una cascarita de futbol en la cancha donde fue el punto de reunión y los más grandes, los de quinto, solo observaban mientras platicaban sus anécdotas pasajeras de los días anteriores.
Ya vamos a entrar, brincaba una niña, emocionada y rápidamente tomaba su lugar entre la fila. Otra más se frotaba las manos, mostrando el nerviosismo habitual de quien espera una gran sorpresa.

Y así fue, una gran sorpresa, el Coro Monumental estaba listo, cada niño, niña en su asiento, ansiaba mostrar su cariño y amor a quien lo acompaña siempre en todo momento, a mamá y a papá.
Mientras tanto, ellos, su familia, con lentitud pero con prisa, buscaban el mejor lugar para observar a su hijo o hija y llevarse la foto del recuerdo, la del álbum, la del facebook, este era el mejor momento para reunir a la familia.
Ahí también estaba la abuelita, la tía, los hermanos, como si se tratara de la cena navideña.
Y dio inicio el Gran Concierto, un repertorio con una carga emotiva, con un mensaje necesario, un canto de una sola voz, la de las niñas y niños de Tlajomulco, por fin la navidad había llegado.
Un Burrito Sabanero que no cabía en el mototaxi, Adeste Fideles, El Niño del Tambor, Si la Nieve Resbala, Amigos del Mundo, Que Canten los Niños, Los Pastores a Belén, son algunas de las piezas que deleitaron a chicos y grandes.
Y el concierto llegaba a su fin, entre el grito de: otra, otra, otra, el ímpetu de los niños, de nuestros niños, no tenia final, ellos, si ellos querían seguir cantando, y una más, para cerrar con broche de oro, en una noche esplendida, de grandes estrellas, de cantantes que por una noche fueron nuestros artistas, los artistas de siempre los de hoy y los de mañana. La navidad había llegado.
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