Policía de Proximidad Comunitaria, el policía amigo

Cambiar la imagen del policía, prevenir delitos en la comunidad y bajar los índices de drogadicción y pandillerismo, es el principal objetivo de la Policía de Proximidad Comunitaria de Tlajomulco. El trabajo preventivo con niños y adolescentes de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato del municipio es la clave para poder realizar un cambio fondo en la comunidad.
“Armados” con un personal que cuenta con varios perfiles y licenciaturas, estos servidores públicos son capaces de atender y manejar situaciones relacionadas con el trabajo social, atención psicológica y el derecho legal.
César Gustavo Martínez Arias es el Coordinador de la Policía de Proximidad Comunitaria. Confiesa de manera alegre la responsabilidad que implica esta labor pero a la vez hace un balance sobre demandante que este oficio:
“Es un trabajo laborioso y son cosas que se van conjuntando y que gracias a labor de la policía se está logrando. El objetivo de la Policía de Proximidad Comunitaria es tener un enlace con la sociedad y hacerle ver a los niños que se puede triunfar sabiendo hacer las cosas bien, trabajando con ellos y con sus papás para empezar a bajar los índices en cuestión de drogadicción y pandillerismo”.
A diferencia de un policía operativo, la labor de la Policía de Proximidad Comunitaria consiste en realizar un trabajo integral con las diferentes comunidades del municipio para proyectar una imagen distinta a la del oficial promedio.
“Somos todólogos, muchas veces nos toca ir a la escuela a dar la clase pero dentro de la clase ya nos salió un trabajo de psicología, salimos de las escuelas y tenemos un trabajo en calle con pandilleros. Tenemos una labor que no podemos llevar una agenda ya que vamos trabajando lo que va saliendo en el día a día”.
Mauricio Ortiz Rivera se desempeñaba como policía operativo pero ahora es agente de la Policía de Proximidad Comunitaria y explica las diferencias entre estas dos:
“La diferencia entre ser policía de proximidad y policía operativo es el acercamiento con la ciudadanía. Yo me siento más feliz siendo policía comunitario. Hay mucha diferencia entre prevenir y reaccionar, desafortunadamente en el caso del policía operativo ya nada más es reaccionar ante las malas conductas que realizan los ciudadanos y aquí no, aquí es todo lo contrario. Aquí previene uno, convive uno y el agradecimiento del ciudadano es el mejor pago”.
A diferencia del policía operativo que patrulla y combate delincuentes, la dinámica del día a día de un policía de proximidad comunitaria es diferente:
“Para mí un día de trabajo es como una diversión, no lo veo como un día de trabajo. Es para mí muy confortable el poder orientar a los niños y a los jóvenes para prevenirlos en el consumo de alguna adicción y cuando alguno se me acerca a decirme que ya la ha probado, a decirme que tiene amigos que lo induce es grato darle recomendaciones y consejos para que se aleje de estas personas y evitar que se cause esa adicción”, afirma Ortiz Rivera.
Al final, ambos agentes coinciden en que la principal satisfacción de esta labor es la caminar por la calle y que los niños lo vean como un policía amigo y un servidor público comprometido con su comunidad.