Con gran emoción y lágrimas de alegría los niños del Centro de Atención para Personas con Discapacidad Intelectual (CENDI Tlajomulco) visitaron por primera vez el mar para disfrutar del tour “Avistamiento de ballenas” en Puerto Vallarta.
  
El 28 y 29 de enero de 2017 se realizó el viaje para 35 niños y niñas del CENDI a Puerto Vallarta, con su respectivo padre o tutor y personal del centro como apoyo y control del grupo; esto como parte de un patrocinio y en coordinación con la PROFEPA, el Gobierno Municipal de Puerto Vallarta y Vallarta Adventures.
 
Seleccionaron a niños y niñas que nunca habían podido visitar la playa por diversos motivos, y disfrutaron mucho la arena y el agua del mar. pic.twitter.com/x8i6JbQwP8
— Gobierno Tlajomulco (@GobTlajomulco) 9 de febrero de 2017
Los niños que asistieron al viaje no habían tenido la oportunidad de conocer el mar por distintos factores, por tal motivo este viaje se convirtió en una experiencia inolvidable tanto para ellos como para sus padres.

La aventura inició con la llegada a la playa de Puerto Vallarta, donde los niños impresionados con la belleza del mar, corrieron en compañía de sus papás a tocar la arena y meter los pies en el agua a la orilla del mar, saltando y gritando de emoción, sin aún saber que al día siguiente de su llegada tendrían una gran sorpresa. 
La sorpresa consistió en tomar un barco y emprender un viaje de 2 horas hacia el avistamiento de ballenas, entre gritos y la música que llevaba el barco, la emoción se multiplicó cuando los niños comenzaron a ver las tortugas y mantarrayas que se asomaban por el agua, pero aún más cuando aparecieron cerca del barco 6 hermosas ballenas juntas, los niños no lo podían creer, al grado de llorar de alegría por tan grandioso acontecimiento.
 
Además, asistieron a un recorrido en #barco donde pudieron apreciar #ballenas que nadaron muy cerca de ellos. pic.twitter.com/jQT2ubMPaW
— Gobierno Tlajomulco (@GobTlajomulco) 9 de febrero de 2017
 
Una vez que terminó el recorrido en el barco regresaron a Vallarta Adventures para convivir con  delfines, tocarlos y admirar su espectáculo para continuar con la diversión y el entusiasmo al ver por primera vez a los delfines.

Al final del viaje los niños y sus padres estuvieron muy contentos y agradecidos por haber tenido esta gran experiencia de vida, que no sólo fue un viaje sino, una manera de promover la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en actividades diversas y fomentar la cultura y concientización del medio ambiente, además de que este tipo de actividades genera un impacto en el avance de las terapias de los niños, los integra a la sociedad y así tratarlos como todos nosotros.