La noche se llenó de música en Cuexcomatitlán

La música en Cuexcomatitlán se empieza a escuchar al ir entrando al pueblo, los cohetones lanzados al aire resuenan como golpes de tambor para que todos sepan que hoy es el Día del Músico, el día de Santa Cecilia, que pone de fiesta a la región y logra que todos los habitantes se preparen con sus mejores galas y ánimo para pasar toda una noche en el jolgorio en varios poblados del municipio.
Las bandas recorren las calles tocando la tambora y las trompetas a todo pulmón hasta llegar al Templo de la Purísima Concepción, donde le rinden honores a su santa patrona. La gente sale de misa para retirarse a sus casas a arreglarse para la fiesta nocturna que promete estar llena de baile, tragos y mucha música para recordar que son un pueblo vivo y con ganas de festejar aún en medio de todos sus problemas cotidianos.
“La gente anda preguntando, en qué trabaja el muchacho”, las bocinas empiezan a gritar cuando el DJ comienza su parte poniendo el ambiente en una plaza que aún no se llena, pero en la que se pueden ver niños corriendo bajo la mirada de Pepa Cerdita, Dora la Exploradora y El Chavo del Ocho, muñecos modernos que han desplazado a las muñecas de trapo y madera que se pierden en los locales alrededor de la plaza.
Los olores de la comida se comienzan a mezclar haciendo que el estómago pida a gritos algo de comer, no por hambre, sino por la mera gula que despierta con los tacos, hot dogs y hamburguesas que se ven en cada esquina del primer cuadro del pueblo. Un apetito que se puede abrir con una canelita bien caliente, “con rompope para las mujeres, con tequila para los muchachos, y con alcohol puro para los señores”, nos dice doña Graciela, que ya esta preparada para recibir a todos los que quieran espantar el frío de la noche y ponerse en ambiente antes de bailar.“La gente anda preguntando, en que trabaja el muchacho”, la canción se repite dos, tres veces, mientras los asistentes comienzan a caminar en mayor número alrededor de la plaza, esperando el momento en que la primera banda comience su presentación para que el baile comience a transformarse en sudor y más alegría.
Algunos caminan al malecón, recién remodelado, para relajarse con la brisa que viene de la laguna, para caminar o simplemente para ir con la novia o el novio y ser parte de la festividad. El ambiente ahí se llena del olor a las brasas que la gente ha encendido en sus casas porque ahí también está la fiesta, con la familia, con los vecinos, con los amigos. Los perros aprovechan los restos esparcidos por el suelo y se unen a los festejos con su propia música, la de ladridos de alegría porque hoy comerán como reyes.
“Así es mi vida, asi me gusta vivirla”, el DJ sigue poniendo la música ahora que la fiesta comienza a crecer por la gente que ya esta llegando en mayor cantidad, muchachas muy perfumadas, jóvenes con cinturones de hebillas grandes, botas y sombrero, presentándose unos a otros, observándose, tal vez evaluando si conviene bailar con ellos o mejor se buscan a otro. Frente al escenario ya no es posible caminar, los que tienen ánimos de bailar toda la noche se arremolinan para estar más cerca de las bandas, para gritar con ellos y moverse al ritmo que les pongan.
“Y que se oiga ese grito”, grita el vocalista de “El Pueblito”, la banda que comienza sobre el escenario. Ellos fueron elegidos como los primeros para tocar en el sorteo que se hace entre semana. “Siempre están en medio porque son los más chidos, pero ahora les tocó comenzar”, nos dice la señora Lucía que demuestra sus ganas de terminar su vendimia para ya irse al baile y a seguir la fiesta, que promete durar hasta que el sol salga, como los buenos bailes de pueblo, como lo quiere la gente de Cuexcomatitlán.