Esto es Tlajomulco - ¡México y sus encantos!

Texto e imágenes: Isabella Lanave
Cuando llegué a México no tenía ni idea de qué iba a encontrar, conocía las cosas típicas que todo el mundo conoce de este país, como el tequila y el mariachi; pero en mi cabeza no habitaba, todavía, ninguna imagen de cómo era la vida de las personas en las ciudades y pueblos más pequeños.
Viví en Guadalajara, una ciudad grande y muy bonita, donde todo el tiempo hay gente en la calle y en sus plazas públicas. Donde el aire se siente gris y la piel reflexiona el seco del viento. Alrededor de esta gran ciudad existen pueblos cuya tranquilidad nos brinda la posibilidad de poder respirar profundo.
Tlajomulco de Zúñiga es uno de esos lugares. Ciudad tranquila, poco ruidosa y con gente que sonríe hasta para decir buenos días. Me encantan este tipo de lugares donde puedo sentirme en casa y con seguridad puedo decir que Tlajomulco es uno de ellos.
De todos los pueblos que forman parte de este municipio, uno que me encantó fue Cajititlán. Tuve la suerte de visitarlo durante las fiestas de los Reyes Magos, donde las calles se llenan de artesanías, comida y todo tipo de cosas para ver y comprar. Caminando entre olor a chicharrón, gritos de “a diez, a diez, a diez”, quedo encantada con tamaña variedad de opciones y, sobre todo, con la simpatía de su gente.
Los hombres con sus trajes de charro y las mujeres con sus mantas vendiendo las tradicionales gorditas, que por su puesto son muy ricas, me motivan a fotografiar el día a día de esa gente. Como fotógrafa, admiro muchos los detalles de cada lugar que conozco. Y me enamoro con facilidad de los que me reciben con los brazos abiertos, como lo fue con Cajititlán
*Isabella Lanave (Curitiba, Brasil) es fotógrafa de profesión, actualmente vive en Guadalajara donde se encuentra realizando una estancia como estudiante de intercambio en la Universidad de Guadalajara (UdeG).